Antes de la crisis se veía a poca gente rebuscar en los contenedores de basura; ahora, el contenedor se ha convertido en el supermercado -e incluso el dormitorio-, para personas que de la noche a la mañana lo han perdido todo por culpa del egoísmo y la usura de los que más tienen. Parece que el gobierno de Bildu pretende crear la figura del “inspector garbage”, un chivatillo que vigile los contenedores para multar con hasta 1500€ al ciudadano que no recicle. Como cambian las cosas… Hace pocos años los de su entorno se cargaban a los chivatos y cobraban otro tipo de “multas”, pero desde que se han pegado con Loctite a la poltrona… ¡A reciclar se ha dicho! Que somos todos muy ecologistas porque vamos al monte (en monovolumen y con Gore-tex). Probablemente estos nuevos “inspectores agentes de la autoridad” nombrados por Bildu para patrullar los contenedores serán los mismos que antes les prendían fuego. Probablemente esta obsesión del gobierno municipal por querer que el ciudadano haga el trabajo que deberían hacer las empresas de reciclaje y compost, está dejando a más de uno en el paro por ahorrarse mano de obra. Probablemente habría que mirar con lupa si existe algún vínculo entre empresas dedicadas al reciclaje y ese inusitado afán de Bildu por reciclar, a costa de marear al ciudadano y así no hablar de otros temas mucho más importantes. En vez de multar al infractor, sólo deberían premiar al que recicle con un descuento en su tasa, ¿pero trabajar gratis para que la empresa de reciclaje se ahorre unos cuantos salarios? ¡Nanay de la China! Y termino: “Ahora primero hay que cuidar al planeta para los que vengan después, pero para que haya un después, hay que cuidar a los de ahora primero”.
Rafa Zamora Sancho