Ahora todo el mundo está con Palma y en solidaridad vamos a comer plátanos hasta que nos salgan por las orejas. No estaría mal que además de las ayudas estatales, ciertos medios de comunicación donen a los palmeros parte de sus beneficios obtenidos por la gran cobertura informativa. Esto cada vez me está recordando más a Nieves Herrero hablando sobre las niñas de Alcácer. Pero no, el título no se refería a los palmeros del volcán precisamente, sino al volcán mediático de otros palmeros adulando por toda España a su líder supremo Pablo Casado. El PP se saca de la chistera un costoso congreso (que a ver con qué dinero lo pagan…), para reafirmarse como la única fuerza política para gobernar España. Estos señores todavía no se han dado cuenta que las elecciones son cada 4 años y el que pierde le toca estar en la oposición (que no significa oponerse a todo). Como la crisis pandémica va llegando a su fin y se vislumbra un futuro económico prometedor, esa baza no debe llevársela el gobierno actual porque la economía es el único cartucho que le queda al PP para convencer a su electorado (eso de “que viene el lobo” con el terrorismo de ETA ya se les ha quedado obsoleto). Por eso tiene prisa Pablo Casado y pretende cerrar filas para que no le adelanten por la derecha. Pero este congreso de palmeros con sonrisa forzada ha tenido de todo: han invitado al maestro de la corrupción Sarkozy para intercambiar conocimientos, a un Premio Nobel de Literatura que no ve importante la libertad en unas elecciones, y a dos expresidentes videntes, que presagiaron que su pupilo llegará a la Moncloa. En fin, Pablo Casado quería un PP renovado y no se ha molestado en cambiar ni collares, ni perros.
Rafa Zamora Sancho
Rafa Zamora 